Monte Perdido

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sábado, 20 de enero de 2018

Advertencia de la Comunidad Científica Mundial a la Humanidad: Segundo Aviso


Hace 25 años, la asociación norteamericana Union of Concerned Scientists y más de 1500 científicos independientes, incluyendo muchos Premios Nobel, escribieron “La Advertencia de los Científicos del Mundo a la Humanidad”.

Reclamaban a la humanidad que frenase la destrucción ambiental y avisaban de que era necesario un gran cambio en nuestra forma de cuidar la Tierra, si quería evitarse una enorme miseria humana. 

Advertencia de la Comunidad Científica Mundial a la Humanidad: Segundo Aviso


Expresaban su preocupación por daños inminentes y potenciales sobre el planeta Tierra debido a la destrucción de la capa de ozono, la disponibilidad de agua dulce, el colapso de la pesca marina, el incremento de zonas muertas en los océanos, la destrucción de los bosques, biodiversidad, por el cambio climático y el crecimiento continuado de la población. 

Decían que la humanidad estaba empujando a los ecosistemas de la Tierra más allá de un punto de inflexión para continuar la vida. Describieron cómo  nos estábamos aproximando a muchos de los límites de lo que el planeta puede tolerar sin daños serios e irreversibles. 

Los científicos decían que deberíamos estabilizar la población, reducir las emisiones de gases efecto invernadero y eliminásemos los combustibles fósiles, redujéramos la deforestación y revirtiéramos la extinción de la biodiversidad. 

En el 25º aniversario de aquella llamada de atención, con la excepción de que se ha estabilizado la capa de ozono, la humanidad ha fracasado en hacer los  progresos para resolver esos retos ambientales y, de forma muy alarmante, en la mayoría de ellos, estamos mucho peor que entonces. Especialmente preocupante es la evolución actual del cambio climático debido a las emisiones de GEI y la deforestación. 

Se ha desatado una extinción masiva de especies, muchas de las actuales formas de vida podrían ser extinguidas al final de este siglo. 

Por la presente, damos un Segundo Aviso a la Humanidad. Estamos poniendo en peligro nuestro futuro por nuestro desproporcionado consumo y por no darnos cuenta de que el crecimiento de la población mundial es el principal impulsor detrás de la mayoría de amenazas ecológicas. 

Es el momento de re-examinar y modificar nuestros comportamientos individuales, incluyendo nuestra propia reproducción (idealmente, al nivel de reemplazo, 2 hijos por mujer, como máximo) y reducir drásticamente nuestro nivel de consumo per-cápita de combustibles fósiles, carne y otros recursos. 

La rápida reducción mundial de las sustancias que destruían la capa de ozono nos muestra que podemos hacer cambios positivos cuando actuamos de manera decidida. También hemos realizado avances importantes para reducir la pobreza extrema y el hambre. Pero el progreso de los cambios necesarios y urgentes en políticas ambientales, comportamiento humano y reducción de las inequidades globales está, todavía, lejos de ser suficiente. 

Ejemplos de acciones diferentes y efectivas que la humanidad puede tomar para la transición a la sociedad.

Promulgación de grandes reservas protegidas de una proporción significativa de los hábitats terrestres. 

Mantenimiento de los ecosistemas.

Restaurar con plantas autóctonas. 

Devolver a la naturaleza salvaje zonas con especies nativas.

Implementar políticas adecuadas para remediar la extinción de especies.

Reducir el desperdicio de alimentos.

Promover un cambio hacia dietas más vegetales y menos animales.

Promover la reducción adicional de los índices de fertilidad.

Aumentar la educación ambiental para niños.

Desinvertir en inversiones monetarias e invertir en iniciativas que promuevan cambio ambiental.

Promover tecnologías no contaminantes y adoptar energías renovables.

Reducir desigualdades.

Evaluar el tamaño de población humana sostenible a largo plazo.

Pronto será demasiado tarde para cambiar el rumbo de la actual trayectoria que nos lleva al fracaso y nos estamos quedando sin tiempo. 

Advertencia de la Comunidad Científica Mundial a la Humanidad: Segundo Aviso


Figura 1. Tendencia a lo largo del tiempo de las variables ambientales identificadas en la Advertencia de 1992 de la Comunidad Científica a la Humanidad. Los años anteriores a  1992 se muestran mediante una línea gris y los posteriores mediante una línea negra. 

Una implosión mayor y más rápida que en nuestras peores pesadillas. El pasado mes de octubre se hacía pública en EEUU otra noticia más: se alertaba de una enorme mortandad de salmones en el estado de Washington. 

El mundo viviente colapsa a una velocidad asombrosa. Tal es el efecto del crecimiento económico exponencial. El período de duplicación [del PIB] es tan breve que vemos el colapso suceder ante nuestros ojos: insectos, salmones, tiburones (y casi todos los peces grandes), leones, elefantes, jirafas, anfibios, pájaros cantores, pingüinos...
La destrucción de vida viene causada por diferentes factores que interactúan: la pérdida de hábitats, el cambio climático, el uso intensivo de plaguicidas y varias formas de contaminación industrial, por ejemplo, están diezmando las poblaciones de insectos y aves. Pero el motor general es el crecimiento inexorable de la empresa humana. En un planeta finito donde millones de especies comparten el mismo espacio y dependen de los mismos productos finitos de la fotosíntesis, la expansión continua de una especie necesariamente conduce a la contracción y extinción de otras. 
Una fatal ignorancia de nuestra eco-dependencia hace que pensemos que esa catarata de extinciones no nos afectará a nosotros mismos. Nosotros formamos parte de la misma naturaleza que estamos degradando; la guerra nos la hacemos también a nosotros mismos.
El bienestar humano se verá seriamente comprometido por el cambio climático, la deforestación, la pérdida de acceso al agua dulce, la extinción de especies y el crecimiento de la población humana. 

Referencias







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