Monte Perdido

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sábado, 13 de diciembre de 2014

El Jóven Dryas, nuevas evidencias

Introducción


Al terminar la última glaciación, según el registro geológico la temperatura media global sufrió, al parecer, oscilaciones que superaron los cinco grados centígrados, en transiciones de menos de un siglo e incluso, a veces, de menos de una década. Así, hace unos 13.000 años, se dio un clima más cálido que el precedente y un medio ambiente rico en prados y pastizales, con su correspondiente fauna. 

Jóven Dryas, nuevas evidencias

Este período de bonanza acabó bruscamente hace aproximadamente 12.800 años,  iniciándose un rápido descenso de la temperatura que diezmó la población humana y acabó con los bosques, los pastizales y la fauna de la que aquella dependía para su sustento, no tanto por el frío extremo sino por la sequía que este frio trajo consigo. El episodio climático se conoce como Jóven Dryas o Dryas reciente, en referencia a los restos de la hierba ártico-alpina Dryas octopetalaque aparecen fuera de lugar en los sedimentos correspondientes al  este período. De esta catástrofe climática resurgió la humanidad para inventar la agricultura. Después de este evento los episodios de frío y sequía ya no se repetirían con la misma intensidad, salvo por breves incidentes ocurridos hace 8.2000, 5.2000 y 4.200 años. 


Este  evento brusco de enfriamiento y sequía coincidió con la extinción de numerosas especies de  mamíferos de gran tamaño corporal, llamados en su conjunto megafauna. Incluyendo al mamut lanudo. América del Norte sufrió los peores efectos, grandes animales, como los mastodontes, camellos, perezosos gigantes, y tigres dientes de sable, se extinguieron. Los humanos de la cultura Clovis  cazaban esos animales extintos y  subsistían gracias a su carne. Los Clovis también sufrieron las graves consecuencias de la catástrofe, directas o indirectas, hasta el punto de que su cultura como tal también desapareció.

A nivel local en España la sequía fue algo a tener en cuenta. Basta observar el campo de dunas datado justamente en esa época en la tierra de pinares entre las provincias de Segovia y Valladolid.

La Hipótesis tradicional

Tradicionalmente se ha venido especulando  sobre las evidencias geológicas que muestran que esa pequeña era glacial  se produjo por una entrada súbita de agua dulce en el mar, Se cree que cuando un enorme lago glacial  procedente del deshielo de las capas glaciares de Norteamérica y llamado Lago Agassiz, se situaría  en el borde sur de la Capa de Hielo Lauréntida, que cubría la Bahía de Hudson y gran parte del Ártico canadiense, se vació de manera catastrófica, al destruirse un dique natural de hielo que lo mantenía retenido, y su caudal de miles de kilómetros cúbicos de agua dulce entró  en el Atlántico Norte y en el Océano Glacial Ártico.

Este inmenso vertido de agua, con un volumen mayor que el de todos los Grandes Lagos de Norteamérica juntos, diluyó la corriente del golfo en el  Atlántico Norte deteniendo el transporte  de calor suministrado por dicha corriente. En ausencia de la influencia de la corriente del golfo, las temperaturas del hemisferio Norte descendieron bruscamente y aumentaron las capas de hielo lo que provocó que la civilización humana que se asentaba en el área más afectada colapsase.

Según  los resultados de análisis de núcleos de hielo extraídos en Groenlandia el proceso de enfriamiento tuvo que ser muy rápido, tanto como  una sola década, o incluso mucho menos, como dos años, un año, o incluso varios meses.

Una nueva hipótesis

Sin embargo desde hace ya unos años  existe  un hipótesis  alternativa de que ese evento climático frio junto con las extinciones de la megafauna norteamericana y  la desaparición de la Cultura Clovis, fueron todos consecuencia  del impacto de un cometa o asteroide en Norteamérica hace unos 12.800 años.

Una nueva investigación ha respaldado esa hipótesis del impacto cósmico sobre Norteamérica lo que provocó ese evento climático. El impacto de un cometa o asteroide, sería la única hipótesis verosímil para explicar todos los sucesos inusuales al principio del periodo llamado Jóven Dryas. La clave del misterio de aquel evento  reside en nanodiamantes esparcidos por Europa, Norteamérica y partes de Sudamérica, sobre un área de 50 millones de kilómetros cuadrados.

Esos nanodiamantes (diamantes de tamaño microscópico ), así como ciertas clases de vidrio natural, esférulas de carbono y otros materiales, todos ellos de tipos que sólo se forman a temperaturas muy elevadas, se encuentran esparcidos en abundancia sobre esa área de 50 millones de kilómetros cuadrados, en una capa delgada situada a solo unos metros de la superficie de la Tierra. Muchos de estos materiales se formaron a temperaturas por encima de los 2.200 ºC, y el  hecho de que se encuentren tan cerca de la superficie sugiere que fueron probablemente creados por un impacto extraterrestre importante.

Nanoesferas
Nanoesferas, Foto de UCSB.

Ambas hipótesis juntas

Como se ha dicho la hipótesis tradicional habla de un  enorme lago retenido por una presa de hielo. No está claro qué ocurrió para que se produjera una rotura  tan súbita en la presa de hielo de la antigua capa de Hielo de Lauréntida. Dicha capa cubrió gran parte de Norteamérica durante miles de años, y  llegó a alcanzar un espesor de hasta 3 kilómetros. Los comentados cambios catastróficos que sucedieron hace unos 12.800 años en esa zona pudieron haber sido provocados por el impacto de un asteroide o cometa contra la capa de Hielo y esto podría haber roto súbitamente la represa de hielo que contenía el lago Agassiz. De todos modos, aún hay controversias al respecto, pues algunos detalles propuestos no encajan.

Un estudio muestra que no hubo incendios por doquier al comienzo del período del Dryas Reciente. Aunque esos resultados no refutan la hipótesis del asteroide o cometa,  indican que un elemento de esta hipótesis (incendios por todas partes) no sucedió. Por otra parte, durante más de 30 años, se  ha debatido si la  masa de agua liberada al romperse la presa de hielo  fluyó primero al noroeste, penetrando en el Ártico, o si por el contrario lo hizo al este, por el Golfo de San Lorenzo.

Este último enigma quizá se haya resuelto definitivamente, pues utilizando nuevos modelos de alta resolución de la circulación oceánica global, surgen las primeras evidencias  de que esa masa  de agua tuvo que fluir  hacia el norte, a través del valle del río Mackenzie pues se ha determinado que si  hubiera fluido hacia el  este, por el valle del río San Lorenzo, el clima de la Tierra no habría cambiado significativamente. 

(A mi personalmente no me queda muy claro cómo un supuesto desagüe en el ártico afectaría a la corriente del golfo, creo que se debería reconsiderar un desagüe por el río San Lorenzo a la vista de los últimos descubrimientos).

El efecto del desbordamiento sobre las corrientes

Otros estudio reciente ha arrojado más luz sobre este tema pero por un camino diferente, el estudio  se apoya en otro modelo de circulación oceánica y en marcas de icebergs sobre el lecho marino frente a la costa de los Estados Unidos. Tanto el modelo como las más de 400 marcas erosivas provocadas por el arrastre de los icebergs, encontradas en el fondo del mar sobre lecho marino indican que en algunas ocasiones icebergs gigantes pudieron alcanzar las costas  de Carolina del Sur e incluso el sur de Florida.

La profundidad de los surcos indica que los icebergs a la deriva hacia el sur de Florida por lo menos tenían 300 metros de espesor. Icebergs  de este tamaño sólo se encuentran frente a la costa de Groenlandia en la actualidad.

El modelo sugiere que durante el máximo glaciar también se producían descargas de enormes volúmenes de agua de deshielo desde la capa de hielo norteamericana similares a la de la ruptura del lago Agassiz. Durante estos grandes eventos de inundación la corriente del golfo habría invertido el sentido  sufriendo un giro completo de 180º de modo que la cálida corriente del Golfo que fluye hoy hacia el norte, habría sido reemplazada por una corriente fría hacia el sur. Estos hechos habrían sido bruscos y de corta duración, probablemente menos de un año.

Conclusiones

Durante el máximo glaciar se producirían eventos bruscos de corta duración que invertían la corriente del golfo frente a la costa de Norteamérica, provocando que enormes icebergs llegaran hasta Florida. Estos eventos probablemente produjesen un enfriamiento brusco al menos en el clima de Norteamérica y de Europa.

Un evento final similar a estos pero tal vez más fuerte se produjo al comienzo del Jóven Dryas con la placa de hielo Norteamericana ya en franco retroceso. Probablemente por la ruptura catastrófica de una presa de hielo que retenía en tierra buena parte del agua procedente del derretimiento de la placa Norteamericana. Dicho evento pudo invertir de nuevo la corriente del golfo produciendo un nuevo enfriamiento de larga duración en Norteamérica y Europa.

Referencias:




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